El primer día de regreso a la escuela, Peter no solo se sentía diferente, era diferente. La sutil agudización de sus sentidos lo hacía consciente de cada susurro en el pasillo, cada olor del almuerzo y el zumbido constante de las luces fluorescentes. Pero fue en las clases donde su mente brilló de verdad.
Durante la lección de química, la explicación del profesor se sintió increíblemente simplista. Peter ya no solo entendía los conceptos; visualizaba las reacciones a nivel molecular, veía las estructuras atómicas en su mente como si fueran modelos 3D. Cuando el profesor preguntó por la solución a un problema particularmente complejo, Peter levantó la mano con una confianza inusual.
"Profesora Warren, creo que la variable 'x' en la ecuación de equilibrio podría simplificarse si aplicamos el Principio de Le Chatelier de manera inversa, ajustando la temperatura para desplazar el equilibrio hacia los reactivos deseados. Eso permitiría una mayor eficiencia en la síntesis del compuesto."
Un silencio se apoderó del aula. La profesora Warren, una mujer de expresión habitualmente escéptica, parpadeó. "Peter... eso es... eso es correcto. Y bastante avanzado para el material que estamos cubriendo. Impresionante."
Flash Thompson, sentado a unas filas de distancia, farfulló: "¡Parker, deja de presumir!"
Peter ignoró a Flash. No era para presumir. Era para establecer una nueva reputación, una coartada sólida. Si era un genio aún mayor, sus horas encerrado en su habitación o "visitando bibliotecas especializadas" serían más creíbles. Era una inversión en su futuro como Spider-Man.
En los días siguientes, Peter siguió sorprendiendo. Presentó ideas innovadoras para el club de ciencias, ganó un concurso de matemáticas con una facilidad desconcertante y comenzó a recibir invitaciones para programas de verano en universidades. Aunt May y Tío Ben estaban eufóricos. "¡Nuestro Peter es un genio!" exclamaba Aunt May, abrazándolo con orgullo.
Esta aclamación también trajo consigo oportunidades. Una pequeña empresa de tecnología local, "Tech Solutions Inc.", se enteró de su talento y le ofreció un trabajo a tiempo parcial: desarrollar prototipos y probar nuevos circuitos. El pago era decente, y el acceso a equipo de laboratorio y componentes era invaluable.
Su primera misión en Tech Solutions fue sencilla: optimizar la eficiencia de un sistema de carga inalámbrica. Peter lo resolvió en la mitad del tiempo esperado y, con el tiempo libre, se dedicó a su proyecto secreto: los lanzarredes.
Utilizó los equipos de Tech Solutions, bajo el pretexto de un "proyecto personal de mejora energética", para fabricar los componentes. Diseñó mecanismos de presión más robustos, cartuchos de telaraña recargables y una boquilla que permitía diferentes grosores de red. La fórmula de la telaraña era el verdadero desafío, pero con acceso a productos químicos y una mente que ahora procesaba la información a una velocidad asombrosa, estaba cerca.
Pero el tiempo apremiaba. Peter sabía que el "incidente" del Tío Ben se acercaba. Su spider-sense, aún incipiente, a veces le daba pequeños chispazos de advertencia. Necesitaba un plan para ese día. No podía evitar que el ladrón existiera, pero sí podía evitar el enfrentamiento fatal.
Decidió que, en lugar de esperar a reaccionar, pondría una trampa. No para el ladrón, sino para la situación. Si sabía la ruta probable de huida, podría "encontrarse" con el ladrón en un punto estratégico. Un punto donde él pudiera intervenir, desarmar al criminal y asegurar al Tío Ben, todo sin revelar su identidad y sin dejar al ladrón escapar para cometer más crímenes.
"Solo necesito un mapa de los patrones de delincuencia recientes," murmuró para sí mismo mientras trabajaba en sus lanzarredes, "y una forma discreta de seguir la pista de los robos de la zona." Su mente ya estaba calculando probabilidades y rutas de escape. El tiempo se acababa, pero Peter Parker, ahora con un intelecto a la altura de sus nuevas responsabilidades, estaba listo para desafiar al destino.