La insinuación de MJ en el parque había dejado a Peter inquieto. No la confrontó directamente; en cambio, la observó, intentando descifrar si su conocimiento era una suposición brillante o algo más. Decidió que la mejor defensa era la indiferencia y el secreto absoluto. Pero cada vez que se cruzaban las miradas, sentía que ella veía a través de la máscara invisible de Peter Parker.
Las "misiones" de Tony se volvieron más intensas. Ya no eran solo pequeños laboratorios de drogas. Un día, el comunicador de Peter vibró con urgencia. La voz de Tony sonaba más tensa de lo habitual.
"Araña, tenemos un problema. Un cargamento de tecnología altamente sensible ha sido robado de un almacén en el Bajo Manhattan. No es del tipo que roba un tipo cualquiera. Creo que sabes quién está detrás de esto."
Peter sintió un escalofrío. "Toomes."
"Bingo," dijo Tony. "Ese pájaro no ha estado inactivo. Parece que la paliza que le diste solo lo hizo más creativo. Tienen una base de operaciones... antigua. Bajo el puente de Brooklyn. Ve y averigua qué traman. Y si ves alas, avísame. Yo me encargo de lo grande. Tú eres el infiltrado."
Peter se puso su traje de Spider-Man con una mezcla de ansiedad y determinación. La fábrica abandonada del Buitre había sido una cosa. ¿Pero una base bajo el puente de Brooklyn? Eso era audaz, y peligroso.
Se balanceó por la ciudad, el puente de Brooklyn alzándose majestuosamente en la distancia. Sus sentidos arácnidos lo guiaron a una sección poco transitada debajo de la estructura de acero. Encontró una entrada oculta, una compuerta metálica disimulada entre las vigas.
El interior era un laberinto de pasillos oscuros y maquinaria ruidosa. El brillo verde pulsante era más fuerte aquí, emitiendo un zumbido bajo y ominoso. Peter se movía como una sombra, pegándose a los techos y paredes, evitando las cámaras de seguridad improvisadas y los guardias. Lo que vio lo heló hasta los huesos.
Adrian Toomes, ahora con un traje de vuelo más avanzado, hecho con tecnología que Peter reconoció como Chitauri (los restos de la invasión de Nueva York que aún no había sucedido en esta línea de tiempo), daba órdenes a un equipo de hombres. Estaban modificando armas, creando dispositivos de energía, y lo que más preocupó a Peter: estaban construyendo un arma enorme, un cañón de energía que emitía el brillo verde.
"¡Esta vez, Iron Man no nos detendrá!", rugió Toomes, su voz llena de resentimiento. "¡Los ricos y poderosos de este mundo pagarán por lo que nos hicieron!"
La venganza. Ese era su motivo. Y la tecnología alienígena... Peter no pudo evitar la sensación de que algo estaba terriblemente mal con la cronología. ¿Cómo había Toomes obtenido esa tecnología tan pronto si la invasión Chitauri no había ocurrido? ¿O es que en esta línea de tiempo, ya había ocurrido y él lo había olvidado? Era una paradoja que le dolía la cabeza.
Mientras Peter espiaba, un guardia solitario, más grande y tosco que los demás, se alejó del grupo para tomar un descanso. Peter vio su oportunidad. Se deslizó detrás de él, lo inmovilizó con una telaraña y lo arrastró a un rincón oscuro, asegurándose de que estuviera bien atado.
Necesitaba más información. ¿Cuál era el objetivo de Toomes? ¿Y cómo había conseguido esa tecnología? Peter activó el comunicador que Tony le había dado.
"Señor Stark, estoy dentro. Toomes está aquí. Está usando tecnología Chitauri. Y están construyendo un arma. Un cañón de energía."
Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea. "Chitauri, dices. Eso es... prematuro. ¿Estás seguro?"
"Sí, el material, la energía. Es idéntico a lo que recuerdo de... de las películas." Peter se corrigió rápidamente, sintiendo el pánico.
Tony pareció no notarlo. "Entendido. Eso lo complica todo. Necesito más detalles sobre ese cañón. Y quiero que salgas de ahí, Araña. Esto ya no es una misión de reconocimiento. Es demasiado peligroso."
Peter miró el enorme cañón. No podía simplemente irse. No mientras Toomes tuviera esa arma. La responsabilidad lo carcomía. Un gran poder.
"No puedo irme, señor Stark," dijo Peter. "Si este tipo tiene esta tecnología... no sé qué planes tiene, pero no son buenos. Tengo que detenerlo."
"¡Escucha, mocoso! No estoy pidiendo, estoy ordenando. Si esos terroristas tuvieran el equipo Chitauri en el desierto, no estarías hablando conmigo ahora. ¡Sal!", la voz de Tony era firme y autoritaria.
Pero Peter ya había colgado, su determinación inquebrantable. Toomes representaba una amenaza inmediata para Queens, para las personas que había jurado proteger. Y la incongruencia de la tecnología Chitauri solo lo impulsaba más. Si la línea de tiempo se estaba rompiendo, era su deber detener a los villanos antes de que los problemas fueran aún mayores.
Mientras el zumbido del cañón de energía aumentaba, Peter se preparó. El Buitre había vuelto, más peligroso que nunca. Y Spider-Man estaba listo para la confrontación.