La "pasantía" de Peter con Tony Stark era tan caótica y emocionante como se había imaginado. El comunicador cifrado que Tony le había proporcionado se convirtió en su línea directa con el hombre más inteligente (y sarcástico) del planeta. Las misiones eran variadas: desde vigilar envíos de tecnología sospechosa hasta investigar pequeños laboratorios clandestinos que aparecían en Queens. Peter se movía con cautela, sus sentidos arácnidos eran su mejor herramienta, y la voz de Tony, a menudo con un comentario condescendiente, su guía.
"Escucha, chico, esa cosa que te da el poder de pegarte a las paredes, ¿también te da super-inteligencia en química?", preguntó Tony una noche a través del comunicador mientras Peter desmantelaba un pequeño laboratorio de drogas ilegales. "Porque lo que sea que están cocinando aquí, huele a calcetín usado y ambición barata."
Peter sonrió bajo su máscara. "Estoy en ello, señor Stark. Parece que usan metanfetaminas, pero con un estabilizador de cristal raro."
"Cristal raro, dices. Interesante," murmuró Tony. "Mantén una muestra. Podría ser un subproducto de algo más grande. O simplemente tienen mal gusto en drogas. La química es un arte, Parker."
A pesar de las bromas de Tony, Peter sentía que estaba aprendiendo. No solo sobre el crimen, sino sobre la ciencia que lo impulsaba y la lógica para detenerlo. Tony, a su manera, era un mentor inusual, un genio que estaba dispuesto a compartir su conocimiento, siempre y cuando Peter mantuviera sus límites.
La presencia de Iron Man en el mundo había cambiado las cosas drásticamente. Las grandes corporaciones ahora temblaban ante la idea de que Tony Stark apuntara su repulsor a sus prácticas dudosas. Los militares estaban en un frenesí, intentando replicar su armadura. Y los Vengadores, aunque todavía solo eran un susurro en los círculos de inteligencia, se sentían cada vez más cerca.
Peter sentía el peso de lo que estaba por venir. Sabía que en algún punto, su amigable vida de Spider-Man en Queens se vería envuelta en algo mucho más grande, algo cósmico y aterrador. La derrota de Toomes había sido una victoria, pero el incidente con el "Buitre" y su tecnología "alienígena" fuera de tiempo seguía siendo un enigma para él. ¿Había alterado su propia presencia la línea temporal más de lo que podía comprender?
Mientras tanto, en la escuela, la burbuja de normalidad era un alivio. Las conversaciones con Ned seguían girando en torno a cómics y videojuegos. Ned estaba obsesionado con la idea de quién era Spider-Man, y Peter tenía que morderse la lengua para no revelar su secreto.
"¡Peter, en serio! ¡Creo que Spider-Man podría ser un robot!", exclamó Ned un día en el almuerzo, con la boca llena de pizza. "¡Nadie puede moverse así! ¿O quizás es un mutante? ¿Crees que la radiación lo convirtió en un mutante?"
Peter solo se encogía de hombros. "Es posible, Ned. El universo es grande."
MJ, sin embargo, era diferente. Sus ojos la seguían a menudo, notando cómo observaba a la gente, la forma en que sus chistes secos hacían que la gente se detuviera y pensara. La conexión entre ellos crecía, sutil pero constante. Se encontraban después de clases, discutiendo libros, películas o simplemente observando a la gente.
Una tarde, mientras estaban sentados en las gradas de la cancha de baloncesto de la escuela, viendo a Flash Thompson intentar, sin éxito, una volcada, MJ se giró hacia Peter.
"Sabes, la gente de Queens realmente te quiere, ¿verdad, Parker?", dijo, su tono inusualmente suave.
Peter parpadeó, sorprendido por el cambio de tema. "¿A mí? ¿Por qué?"
"No a ti, tonto," corrigió ella, dándole un suave codazo. "A Spider-Man. Escucho a la gente hablar. Dicen que es un buen tipo, que se preocupa. Que no es como los otros. Como Iron Man, que es todo espectáculo."
Peter sintió un calor en el pecho. Que MJ lo notara, que viera algo más allá del "chico araña", significaba mucho.
"La gente necesita esperanza," continuó ella, sus ojos fijos en el horizonte. "Alguien que esté a su nivel, ¿sabes? Que no sea un dios en una armadura." Hizo una pausa, y luego se giró para mirarlo, sus ojos brillando con una perspicacia que siempre lo dejaba sin aliento. "Y creo que el tipo bajo esa máscara lo entiende muy bien. Demasiado bien, quizás."
El corazón de Peter latió con fuerza. La forma en que lo miraba, la implicación en sus palabras. No era una pregunta, era casi una certeza. MJ estaba viendo las conexiones, la persona detrás del héroe. Era una carga, un secreto que lo unía a ella de una manera que Ned no entendía.
La responsabilidad de su poder, el peso de su doble vida, la incertidumbre del futuro con Iron Man y ahora, la mirada penetrante de MJ que parecía ver a través de su fachada. Spider-Man estaba listo para luchar contra el crimen, pero la vida de Peter Parker se estaba volviendo mucho más compleja.