La semana siguiente al experimento con el simbionte, Peter se encontró con una figura familiar merodeando los pasillos del departamento de ciencias de la UES: Eddie Brock. El reportero despedido del Daily Bugle, un hombre amargado y resentido, ahora trabajaba como asistente de laboratorio a tiempo parcial, una forma de mantenerse cerca de la noticia y, más concretamente, de los experimentos.
Peter sintió un escalofrío de advertencia. Su sentido arácnido no solo zumbaba por la cercanía de Brock, sino por una resonancia que era demasiado familiar, demasiado simbiótica. Sabía lo que iba a pasar.
Eddie, por su parte, había oído los susurros sobre la "sustancia alienígena" en el laboratorio de contención y había visto a Peter interactuar con ella. Su resentimiento hacia Spider-Man y Peter Parker (a quien veía como el favorito de Jameson y un sabelotodo) era un caldo de cultivo perfecto para lo que estaba por venir.
Una noche, Peter estaba en su laboratorio secreto, trabajando en un dispositivo ultrasónico de amplio espectro, una versión portátil y más potente de la frecuencia que había usado para repeler al simbionte. Quería tener una contramedida lista, justo por si acaso. El zumbido constante de su sentido arácnido lo mantenía en vilo.
Entonces, el zumbido se convirtió en un rugido. No era solo la presencia del simbionte; era su furia. Una explosión retumbó en la distancia, seguida de un grito gutural y un sonido de cristal rompiéndose. La UES estaba bajo ataque.
Peter se lanzó a la acción. Se balanceó hacia el campus, su corazón latiendo con una mezcla de anticipación y determinación. Cuando llegó al edificio de ciencias, el caos era total. Partes del muro estaban destrozadas, y una figura imponente, negra como la noche, con ojos blancos y una sonrisa grotesca llena de dientes afilados, estaba sembrando el terror. Venom.
"¡Parker! ¡Lo sabía! ¡El traidor!" La voz era profunda, gutural, pero con un inconfundible eco de Eddie Brock. "¡Ahora verás lo que es el verdadero poder! ¡El poder que tú rechazaste!"
Peter aterrizó frente a Venom, preparado. A diferencia del Peter original, no estaba sorprendido ni abrumado. Había estudiado el simbionte, conocía sus debilidades, y había anticipado este momento.
"Eddie, el simbionte te está controlando," dijo Peter, intentando razonar, aunque sabía que probablemente era inútil. "¡Suéltalo! No te dejará vivir tu propia vida."
Venom se rió, un sonido escalofriante. "¡Él es mi vida! ¡Él me da fuerza! ¡Me da venganza!" Se lanzó hacia Peter, sus golpes eran devastadores, llenos de una rabia desenfrenada.
La batalla que siguió no fue una simple pelea callejera. Peter no solo usó su fuerza y agilidad; usó su intelecto. Sabía que el simbionte era vulnerable al sonido y al fuego. Había preparado su arsenal para esto.
Esquivó los ataques de Venom, buscando el momento oportuno. Disparó una serie de telarañas vibratorias, diseñadas para generar pequeñas, pero molestas, vibraciones ultrasónicas en el cuerpo de Venom. El simbionte reaccionaba con irritación, su superficie se ondulaba.
"¡Qué demonios es eso, araña!" gruñó Venom, sus golpes volviéndose más erráticos.
Peter activó su dispositivo ultrasónico de amplio espectro, que emitía un chillido agudo e inaudible para los humanos, pero insoportable para el simbionte. Venom se llevó las manos a la cabeza, aullando de dolor, su forma negra parpadeando y retrocediendo, revelando brevemente la piel de Eddie Brock debajo.
"¡Detén eso, cobarde!" gritó Venom, mientras el simbionte se encogía, tratando de proteger a Eddie.
Peter vio su oportunidad final. En lugar de intentar quemar o destruir el simbionte, lo cual podría herir a Eddie, Peter tenía un plan diferente. Había diseñado una telaraña de contención especial, con propiedades adhesivas aún más fuertes y una resistencia a la ruptura asombrosa. Disparó una ráfaga masiva, envolviendo a Venom por completo en una gruesa capa de telaraña negra y pegajosa. El simbionte, debilitado por el sonido, no pudo liberarse a tiempo.
Venom cayó al suelo, un bulto inmovilizado que forcejeaba y se retorcía. Peter se acercó con cautela. El simbionte seguía pegado a Eddie, pero estaba demasiado débil para moverse o atacar.
"La ciudad no necesita tu venganza, Eddie," dijo Peter, desactivando su dispositivo ultrasónico. "Necesita justicia, no caos."
Cuando la policía y los equipos de contención llegaron, encontraron a Eddie Brock inmovilizado, envuelto en una telaraña que nadie podía cortar. Los científicos de la UES se apresuraron a recoger al simbionte, ahora inactivo y contenido de forma segura en un recipiente especial.
Peter observó cómo se llevaban a Eddie y al simbionte por separado, con la satisfacción de haber neutralizado una amenaza grave sin la devastación que había causado en otras realidades. El estandarte negro de Venom había ondeado brevemente, pero Peter Parker, con su mente aguda y su preparación, había asegurado que fuera una bandera que rápidamente cayera. La ciudad estaba a salvo, y un gran paso hacia el control de las amenazas biológicas se había logrado.