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Chapter 14 - 'EL RUGIDO DEL PASADO, EL GRITO DEL PRESENTE"

Escena 1: La llegada de la familia Hoshino

Los rayos de luz atravesaban los ventanales de la academia Yureisyn como una bendición anunciada. El día más esperado por muchos alumnos había llegado: la visita familiar oficial, donde padres, tutores y nobles acudían a ver los avances de sus hijos.

Y, como no podía ser de otra forma, el ambiente se agitó al correrse la noticia:

—¡Hoy llega la familia Hoshino!

—¡Dicen que vienen todos! ¡Incluso su madre, la sanadora de la Llama Blanca!

Edu caminaba hacia la entrada principal con expresión nerviosa, flanqueado por sus hermanos y amigos

Desde el cielo descendió un carruaje lujoso, tirado por dos Yugami, bestias aladas de escamas celestes. En sus puertas brillaba el emblema del loto de fuego, símbolo de los Hoshino.

De primero descendió Ibuki Hoshino, recto, sereno y de mirada cortante. A su lado, su esposa Sakura irradiaba calidez y determinación, con una pequeña caja en sus manos. Detrás de ellos bajaban las inseparables sirvientas Azumi y Shizuka, cada una portando una canasta flotante con panecillos envueltos en tela mágica.

—¿Estamos seguros de que no fue una locura traer panecillos hasta aquí? —preguntó Azumi, suspirando.

—Panecillos horneados en casa valen más que oro para Edu —replicó Sakura con una sonrisa cómplice—. No me atrevería a llegar con las manos vacías.

—¿Y si esa criatura también está aquí? —murmuró Shizuka, refiriéndose a Zuzu, mientras miraba a su alrededor con sospecha—. No ha aparecido por la casa desde que Edu partió.

—No sería raro... —añadió Ibuki, apretando los labios con gravedad—.

Esa gata siempre ha tenido talento para colarse donde no debe.

Los tres hermanos Hoshino corrieron a recibirlos. El reencuentro fue tan efusivo que hasta los demás visitantes soltaron un "aww" sin darse cuenta.

Sakura (abrazando a Edu): —Te ves más alto… aunque igual de ojeroso.

Ibuki (serio): —¿Estás descansando lo suficiente?

Edu (mirando hacia los cielos): —Si ignoramos al demonio peludo que me espía de noche… sí.

Y como si hubiese sido invocada por la conversación, Zuzu, la gata negra con ojos color dorado, apareció de un salto. Se plantó sobre la cabeza de Edu con toda la dignidad del mundo.

Shizuka se detuvo en seco al darse cuenta.

—… No puede ser…

Zuzu bostezó con absoluta impunidad, sin molestarse en cambiar su postura.

Azumi (entrecerrando los ojos): —¡La muy descarada…!

—Sabía que esa condenada gata se había escondido en las maletas. ¡¡Lo sabía!! —gruñó entre dientes—. ¡Ni una nota dejó!

—Así que era cierto… —murmuró Ibuki, cruzando los brazos—. Ya decía yo que era demasiada coincidencia que desapareciera justo el día que Edu partió.

Sakura: —Recuerdo que el día que partieron, una de las mantas del carruaje tenía huellas diminutas. Pensamos que Hinata había olvidado una de sus muñecas.

Ibuki: —No. Era esta pequeña sabandija…

Azumi: —Se coló en el carruaje sin que nadie la notara.

Shizuka: —Y desde entonces ha estado jugando con la salud mental del joven amo.

—¡Les dije! —interrumpió Kenji, entre risas—. ¡Edu pasó días viendo "una sombra" y resultó ser ella!

Hinata abrazó a Zuzu con entusiasmo, sin que la gata mostrara el menor interés.

—¡Siempre supe que nos seguirías! Eres parte del equipo.

—Parte del problema —bufó Azumi, lanzándole una mirada.

Edu suspiró profundamente mientras todos lo miraban.

Edu: —¡Les juro que pensé que era un fantasma! ¡Hasta hice una trampa!

Hinata (riendo mientras abrazaba a Sakura): —¡Y durmió semanas con un palo de escoba bajo la cama!

Kenji: —¡Y se sobresaltaba si escuchaba un "miau" a lo lejos!

Edu (señalando a Zuzu, que lo observaba con una sonrisa felina): —¡Ese gato no es común! ¡Es un demonio en cuerpo de felino! ¡Un espíritu vengativo con garras afiladas y sentido del humor retorcido!

Zuzu le dio la espalda con altivez y saltó sobre Hinata.

—¿En serio nos seguistes para fastidiarme? —preguntó.

Zuzu bostezó como si se burlara. Los padres no podían evitar reír.

—Lo tomaré como un sí…

—¿Esto significa que ahora tengo una gata oficial que vive en mi cuarto?

—Parece que sí —respondió su padre con tono serio, aunque sus labios esbozaban una sonrisa contenida—. No podrás librarte de ella.

Escena 2: Almuerzo y presentaciones

Bajo los sauces mágicos del jardín sur, la familia Hoshino y los amigos de los tres hermanos compartieron un banquete preparado por Azumi y Shizuka. Las bandejas flotaban por sí solas, llenas de dulces dorados, pan de hongo glacial y croquetas embrujadas que cambiaban de sabor según el humor del comensal.

—¿Y bien? ¿Cómo han estado? —preguntó Sakura, sirviendo té—. ¿La comida es buena? ¿Los dormitorios son cómodos?

—Todo está bien —dijo Edu—. Aunque no es lo mismo que estar en casa.

—¿Extrañas a tus sirvientas? —bromeó Shizuka.

—¡Solo a las que no me gritan! —replicó Edu, mirándola de reojo.

Todos rieron.

Zuzu se había instaldo entre los arbustos, como si todo le perteneciera.

—¿La dejamos aquí oficialmente entonces? —preguntó Azumi, entre rendida y resignada.—No podemos llevárnosla ahora… —dijo Sakura con una sonrisa triste—. Ya escogió dónde quiere estar. Y con quién.

Edu bajó la mirada por un instante, luego miro a Zuzu con cariño.

—Que se quede… ya no sería lo mismo sin ella.

Ibuki asintió.

—¿Y bien? ¿Quienes son ellos?—pregunto Sakura viendo a los amigos de Edu para alivianar emociones.

Edu, más calmado, presentó formalmente a sus compañeros.

Edu: —Ellos son Mina, Daiki y Tetsuo… mis amigos más cercanos aquí.

Ibuki: —¿Y también sobrevivieron al terror nocturno?

Mina (riendo): —Lo vimos caminar con sal en los bolsillos durante dos semanas.

Daiki: —Yo aposté que era un fantasma en serio. Perdí monedas.

Tetsuo: —Yo quería atraparlo con una trampa de pan y queso… ¡y terminé atrapándome a mí mismo!

La familia estalló en risas, excepto Zuzu, que seguía acechando entre los arbustos para robar croquetas cuando nadie miraba.

Sakura (mirando a los tres): —Me alegra ver que mis hijos están rodeados de personas tan únicas.

Azumi: —¿Tan únicas como Zuzu?

Shizuka: —Nada será tan letal como esa gata.

Risas. Los lazos entre todos se hacían más fuertes.

Escena 3: El inicio del torneo

Una vibración mágica recorrió el suelo. Las campanas antiguas de la academia retumbaron con fuerza. Un círculo místico se abrió en lo alto del cielo, marcando el inicio de un evento que cambiaría la vida de muchos: El Gran Torneo Inter-Reinos.

Desde las torres más altas de Yureisyn descendieron orbes de luz que flotaban frente a cada competidor elegido. Entre ellos estaban Edu, Kenji, Hinata… y sus amigos.

La despedida fue breve, pero emotiva. Antes de partir, Ibuki se volvió hacia Edu.

—Estás haciendo un buen trabajo. No necesitas demostrar nada… solo no dejes de ser tú.

Sakura lo abrazó una vez más y le susurró algo al oído que hizo que Edu se enrojeciera levemente. Shizuka dejó una caja de panecillos extra bajo un hechizo de frescura. Azumi, como siempre, solo le dio una mirada severa que en el fondo decía más que mil palabras.

Sakura (tomando abrazando a los amigos de Edu dijo): —Por favor protejan a mi niño. Siempre se esfuerza demasiado para protejer a los demáso y eso le genera una sobrecarga el emocional, apoyenlo siempre por favor.

—Claro que sí señora, respondieron los amigos de Edu al unisono.

Y entre risas y despedidas emocionales Edu dio un paso adelante mientras su túnica flotaba por la energía que emanaba del portal. Sus ojos se cruzaron con los de sus amigos. El momento había llegado.

Edu (con voz firme): —Vamos juntos. Y no bajemos la cabeza ante nadie.

Desde el palco principal, los nombres comenzaron a ser llamados. El torneo había comenzado… y con él, la historia de los verdaderos lazos y batallas por venir.

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