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Chapter 12 - ZUZU LA ACOSADORA DE EDU

Escena 1: Comida entre amigos

Era mediodía en la Academia Yureisyn. Las clases de magia básica habían terminado, y el grupo de amigos de Edu —Daiki, Mina y Tetsuo— se reunía con él en el área de descanso, bajo un gran árbol de hojas plateadas que brindaba una sombra fresca y acogedora.

Allí, sobre una manta extendida, compartían un almuerzo casero preparado por las sirvientas Azumi y Shizuka, quienes, como siempre, habían dejado todo perfecto.

Daiki (con la boca llena): —¡Esto es glorioso! ¿Puedo cambiarme a tu casa, Edu?

Mina (riendo): —¡Cuidado! Vas a terminar con Zuzu respirándote en la cara mientras duermes.

Tetsuo: —Hablando de la reina del drama nocturno… ¿Dónde está tu archienemiga hoy?

Edu (suspira resignado): —Mírala… justo ahí.

Desde una rama alta del árbol, Zuzu los observaba como una sombra silenciosa y peluda. Sus ojos dorados brillaban con malicia felina.

Y cuando notó que la estaban mirando… bajó de un salto y caminó con elegancia hasta el centro del picnic.

Zuzu: Miauu.

Daiki (ojos brillando): —¡¡AHH, así que esta es la legendaria Zuzu!! ¡No puedo creer que algo tan pequeño te haya tenido al borde de la histeria, Edu!

Edu (encogiéndose de hombros): —Pequeña por fuera… Satán por dentro.

Mina (acercándose con ternura): —Aww, pero es tan suave…

Tetsuo: —Y tan lista. No es normal que un gato entre y salga de una academia sin ser visto.

Escena 2: Reunión de hermanos

En ese momento, Kenji y Hinata llegaron con sus bandejas de almuerzo. Al ver a Zuzu en el centro del grupo, ambos suspiraron.

Kenji (sentándose): —Lo sabía.

Hinata (riendo): —No podía ser otra. ¿Quién más seguiría a Edu solo para dormir sobre su cabeza?

Edu: —¡¿Y ustedes por qué no dijeron nada?!

Kenji: —Porque creímos que era obvio. Además, es más divertido así.

Hinata: —Zuzu es impredecible. Una vez me encerró en el baño durante tres horas.

Daiki (entre risas): —¡¿Qué clase de bestia domesticaron ustedes?!

Mina: —Lo mejor es que nadie entiende cómo se coló en la academia. ¡Aquí hay barreras mágicas y seguridad!

Edu (mirando a Zuzu con recelo): —Eso es lo que intento decirles desde el primer día. ¡No es un gato común! ¡Es una bruja de siete vidas! ¡Un demonio disfrazado de pelusa!

Zuzu: Mrrrrrrr. (se frota contra Edu)

Tetsuo: —¿Y si la incluimos en el equipo? ¡Podría ser nuestra mascota oficial!

Edu (horrorizado): —¡NO! ¡Lo próximo será verla tomando notas en clase!

Escena 3: La pausa que se vuelve familia

Los hermanos y sus amigos se rieron a carcajadas. Entre broma y broma, Zuzu empezó a pasearse por encima de las mochilas, robando pequeños bocados del almuerzo de todos con la naturalidad de quien ya se sabe parte del grupo.

Mina: —Edu, tal vez Zuzu solo te sigue porque eres su humano favorito.

Hinata: —Eso o porque eres el que más bocadillos deja caer.

Kenji (mirando a Edu con una sonrisa): —O porque sabe que contigo puede hacer lo que quiera.

Edu rodó los ojos… pero una sonrisa se dibujó en su rostro sin que pudiera evitarlo.

Zuzu, aún sobre su regazo, se acomodó y cerró los ojos, emitiendo un largo y satisfecho ronroneo demoníaco.

Escena final: Presagio entre risas

Mientras recogían los restos del almuerzo, una profesora pasó cerca y dejó caer un comentario:

Profesora: —Asegúrense de descansar bien, mañana se anunciarán los equipos para el primer desafío grupal de afinidad mágica.

El grupo se miró, con emoción y nervios a partes iguales.

Daiki: —¿Creen que estemos juntos?

Mina: —¡Imaginen a Zuzu liderando el equipo!

Tetsuo: —"Estrategia nivel 10: dormir sobre el enemigo hasta que se rinda".

Edu (tomando su mochila): —Que venga lo que tenga que venir… Solo espero que ella no aparezca en la evaluación.

Zuzu (desde su hombro): Miaaau.

Mientras tanto, en la mansión Hoshino, los sirvientes realizaban la limpieza nocturna cuando la madre de Edu preguntó:

—¿Han visto a Zuzu?

Shizuka negó con la cabeza.

—No desde que los señoritos partieron a la academia, señora.

—Tal vez se escondió en la carreta como la vez que nos siguió a las montañas —dijo Azumi con un suspiro resignado—. Esa gata tiene más determinación que varios aventureros.

—Si es así… pobre de Edu —murmuró Shizuka, bebiendo su té con una sonrisita.

—Seguro ya está arrepentido de no encerrarla antes de partir —añadió Ibuki, riendo.

En Yureisyn, Edu preparaba su cama para dormir, pero Zuzu ya se había hecho un ovillo justo en el centro de su almohada. Edu intentó empujarla sin éxito. Al final, se rindió y se acostó en el sillón del rincón.

—Tú ganas, bruja peluda. Me das más miedo tú que los hechiceros malditos.

Zuzu ronroneó, satisfecha, como si el cuarto entero fuera su trono.

Edu la miró desde su improvisado rincón, cerrando los ojos con un suspiro.

—Aunque me saques de quicio… al menos no estoy solo.

La gata abrió un ojo, lo observó un momento, y volvió a dormir.

Y con eso, el susurro inquietante en su nuca desapareció.

Por esa noche… al menos.

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