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Chapter 14 - EL COMIENZO DE TODO: Las elecciones del destino

Todos conocen la trágica historia de cómo acabó el reinado de uno de los reinos más poderosos, el Reino de Tordontos. Escuchamos los actos viles y sucios de sus habitantes, supuestamente muy desarrollados; sus almas fueron corrompidas y un reino que ganó en superioridad por su política expansionista fue tan fuerte en su época que solo los glimmerianos, llamados la raza superior, eran los únicos capaces de hacer frente a los planes expansionistas del Rey Tordontos. Entonces, en medio de todo, se formó una guerra mundial por obtener las riquezas de esas tierras en conflicto: el reino de los elfos, Zephyria; la tierra de los theriontropos, bestias humanas del Reino de Eldoria, evolucionadas a una conciencia superior, formando una sociedad en el oeste. Pero en cada generación que transcurría a lo largo de los años, ninguno pudo llegar a un acuerdo de paz, así que desde entonces hubo muchas guerras por tener un poquito más de tierra; muchas personas inocentes fueron brutalmente asesinadas y despojadas de sus bienes. En ese momento, las garras de un sucio ambiente se formaban en el corazón de cada ser viviente sobre las tierras de este continente.

Envidia, lujuria, soberbia, avaricia, ira, gula y el peor entre todos, malicia. Un perfecto ambiente para atraer a la entidad más vil entre las dimensiones de este universo, una entidad sin nombre, sin género, un ser cambiante y de múltiples caras.

Este mundo cayó en tantas guerras que ya era tarde para su salvación: elfos decentes una vez, hundidos en todo tipo de actos inmorales; theriantropos honestos pero mal juzgados, tal vez unos cuantos esclavizados injustamente por humanos, ahora entre la pobreza mental, trafican con miembros de su propia sangre y reinos enteros convertidos en prostíbulos; y los humanos… aquella raza débil pero respetada por todas las otras por su liderazgo y astucia, que los llevaron a la gloria, ahora ni siquiera representan ni la sombra de la palabra respeto. Relato que en algunos de sus pueblos, la lujuria llegaba a tal punto que no importaba la hora, el lugar ni los principios que nos enseñaba la misma vergüenza.

Un mundo tan desagradable y completamente inmundo llamó la atención de un ser igual o peor que tales actos; esa entidad puso sus ojos sobre la tierra. Tiene algunos nombres: la reina del inframundo, la innombrable. El día de su primera aparición, se abrieron las puertas del infierno y todos los seres sobre esta tierra hicieron el primer contacto con la corrupción. Más allá de la decadencia, las tierras de Tordontos fueron el lugar perfecto para sembrar lo que 550 años después sería el mal de toda la humanidad: un brote salido directamente de la dimensión más temida en el universo, el inframundo.

Pero de las cenizas nació un héroe desterrado de su tierra por defender a los humanos, los theriontropos y los elfos de ese ser tan fuerte. Cuando el héroe defendió la tierra de entrar en una era oscura, todo el mundo lo coronó como el protector. Pero en realidad, esa protección siempre fue una farsa, un convenio, un contrato del que nadie está enterado más que los mismos actores de mantener la ley y el orden. Todos en aquella época conocieron su nombre, pero después de la última guerra de purificación, aquella masacre de los supaibi, algunos los llaman los primeros, desde siempre dominaron, seres completamente puros en intención, tenían tanto poder que nunca era necesario arreglar diferencias entre razas por la fuerza; eran aquella raza con el poder suficiente para encarar al dominio del inframundo sobre los humanos. Pero todo cambió el día que nació un nuevo glimmeriano, perteneciente a las altas esferas del reino de la antigua Glimmeria. El día que su padre y madre murieron en tierras perdidas por el avance de los príncipes del inframundo y sus tropas, el sentimiento de la venganza y la ira consumieron el corazón de aquel joven rey, y desde ese día fue prohibido para cualquier supaibi aliarse o defender los asuntos de los humanos, y sentenció a muerte a cualquier supaibi que se atreviera a meterse en conflictos ajenos. El curso del destino dio un giro paralelo hacia un camino en donde ya no existiría la paz que tanto los protectores, uno detrás del otro, mantuvieron. Y una vez más, los conflictos se salieron de control entre todo y todos; una guerra fue declarada por Montesis II, rey de Montesis, la supuesta última guerra que daría fin a todas las guerras, la guerra de la purificacion.

Después de la última guerra hubo un momento de paz; la raza humana cambió, hubo un brote de humanos que desarrollaron lo que llaman poderes. Por un milagro, una raza sin potencial mágico pudo desarrollar habilidades naturales y no naturales sin la necesidad de conjurar, igual a las increíbles capacidades de los supaibi, y nació un nuevo orden mundial. Nuevos reinos surgieron, nuevas ambiciones se establecieron, nuevas ideologías de cómo liderar nacieron; la humanidad surgió como una de las razas más dominantes sobre todas las otras razas. Muchos libros fueron quemados, las cabezas de muchos artistas opositores fueron cortadas, muchas personas influyentes desaparecieron por contar una narrativa diferente.

No obstante, en las profundidades de la oscuridad se gestaba la envidia y la venganza, pero sobre todo, un mal que esperaba con ansias ser despertado. Muchos a día de hoy no tienen conocimiento sobre esa entidad sin nombres; solo entre los más influyentes y poderosos está prohibido pronunciar su verdadero nombre. Fue prohibido mencionar sus motivaciones y su presencia en este mundo; todos los reyes y reinas en este mundo pueden tener sus diferencias, pero el secreto del trauma que instaló esa entidad en cada uno de ellos sigue latente hasta el día de hoy como una persistente pesadilla que resalta atrocidades, calamidades e innumerables miedos. Y por eso… Cubrieron su espantoso nombre por uno menos descriptivo de su verdadero ser: Malicia.

Poco a poco, las naciones más cercanas a las antiguas tierras del Reino de Tordontos, ya comidas por raíces y enormes vegetaciones, construyeron barreras capaces de frenar el avance de la Corrupción que sale de un bosque con intención de expandirse, hasta infestar todo el mundo de corrupción: el llamado Bosque de los Siete Reinos, un pequeño regalo del inframundo.

Hasta ahora, ninguna nación o reino sabe cómo ganar lo que ya fue tomado por esta presencia; solo logran frenarlos con una barrera desarrollada con los sellos activados aún de un muerto, testarudo y desterrado de su tierra natal. Tuvo tanto poder que sigue alimentando estos sellos creados por él en puntos estratégicos para frenar el avance de la corrupción y proteger al mundo. A día de hoy, es odiado por algunos reyes y olvidado por el pueblo común; hablamos del que fue y es el último protector que defendió el mundo.

Por desgracia, un zombi petrificado y sin conciencia mantiene la supervivencia del mundo en un hilo que poco a poco pierde su resistencia antes de que las puertas del infierno vuelvan a abrirse.

Pero nació un bastardo de sangre impura, entre el amor de una humana y un supaibi, un amor prohibido entre esas razas, un amor completamente inmoral. Para los supaibi más engreídos, era como tener una aventura con uno de los monstruos del Monte Emberfall, tierra donde nacen monstruos feroces como faunos, goblins, kobolds, súcubos o mantícoras. El destino eligió a un medio supaibi con una conexión muy poco común con una de las dos fuerzas, dos flujos divinos que rigen todo el universo: el punto blanco y el punto negro, o comúnmente llamado por los eruditos el Éter y la Nada.

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